El talento es un intangible, pero se puede medir. El carisma, las aptitudes y el tirón en taquilla delimitan en buena parte el resultado económico de cualquier disciplina artística, pero hasta ahora no existían datos fiables para traducirlos en un solo indicador, en una suerte de ráting. Por ello, Vicente Royuela, doctor en Economía e investigador de la Universidad de Barcelona, ha creado un método de calificación que delimita la rentabilidad de los diferentes actores de una disciplina artística tan heterogénea y subjetiva como la tauromaquia.
 
Y lo ha plasmado en el libro La economía del escalafón, cuyas conclusiones adelanta hoy EXPANSIÓN. Basándose en modelos económicos y en análisis econométricos, Royuela ha creado clasificaciones alternativas al tradicional escalafón, que ordena a los toreros según el número de festejos que torean. De esta manera, el experto ha delimitado, con complejas y sesudas fórmulas econométricas, cuáles son los toreros y las ganaderías que generan una mayor rentabilidad -un aumento de taquilla porcentual y absoluto más acusado, por ejemplo- a los empresarios que los contratan.

Entre los matadores constata la evidencia: José Tomás es el coletudo con mayor tirón, en términos estrictamente económicos, ya que su comparecencia lleva a las plazas a una media de 4.900 espectadores más que el resto de corridas. Esto es, disparar un 36,5% el aforo. Ello garantiza una rentabilidad elevadísima para los empresarios. El impacto económico de José Tomás es abrumador. De esta forma, el diestro atrae a un 60% más de espectadores que la media del G-10 -diez de los principales diestros, agrupados para defender sus intereses y los de la fiesta (El Juli, Morante y Enrique Ponce, entre otros)-.

Royuela distingue en su estudio entre "toreros que llenan plazas y toreros de plazas grandes". En este último grupo estaría el segundo clasificado del ránking, Cayetano Rivera Ordóñez, un torero habitual de plazas con mucho aforo por su capacidad de atraer espectadores, más que por su calidad.

En tercer lugar se encuentra el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, que aporta mucho valor económico, sobre todo cuando torea por delante de los diestros "de a pie". Considerando que los cálculos de Royuela han establecido una suerte de rátings, estos profesionales tendrían la máxima calificación (AAA). Unos por calidad, otros por cantidad. No en vano, un cartel que programe "100 unidades de talento" tendrá mucho más del doble de espectadores que un cartel con "50 unidades". Es decir, la economía taurina dista mucho de ser una ciencia exacta.

La ganadería con más tirón en taquilla es la de Victorino Martín -que garantiza al empresario 2.750  espectadores más que un hierro medio-, seguida de Núñez del Cuvillo (2.510). Y la plaza que aporta más valor a los triunfos y, por tanto, confiere más rentabilidad al triunfo del torero es, como se podía esperar, la de Las Ventas (Madrid). Sin embargo, la que garantiza el lleno siempre es la de Pamplona.

"Esta ordenación de los aspectos de la tauromaquia según su rentabilidad es muy útil para los empresarios como baremo. Y, además, generará demanda", dice Royuela, que ha comprobado que un mayor conocimiento por parte del espectador eleva con fuerza la taquilla.