La primera carta de presentación de este castaño es la de ser hijo del caballo más famoso en la historia del rejoneo, nos referimos claro está a CAGANCHO.
RANCHERO heredó varias de las virtudes de su célebre padre, teniendo además unas condiciones propias de su físico, muy armónico, que le permiten enfrentar a los toros con soltura y clasicismo, evidenciando siempre su poderío como lidiador.