Este hijo de NEPTUNO tuvo una rápida y significativa consolidación como caballo de último tercio, mostrando además de su insuperable expresividad innata, una elegancia fuera de lo común para realizar ejercicios de doma a la alta escuela como lo es la levada, con la cual cita desafiante a sus enemigos.
Se trata de un caballo de una gran belleza física que también destaca por su fortaleza al salir de la suerte, haciéndolo de una manera elegante y siempre con suficiencia.