FECHA 6 de Julio de 2006
LUGAR Plaza de toros Monumental de Pamplona, Navarra, España
ENTRADA No hay billetes
TOROS
RESEÑA Antonio Ribeiro Telles (silencio y silencio)
Pablo Hermoso de Mendoza (dos orejas y dos orejas y rabo)
Sergio Galán (palmas y dos orejas)
CABALLOS UTILIZADOS

Primer toro de la Ganadería de Murube, número 20, 500 Kg: De salida CURRO (2 rejones de castigo); en banderillas SILVETI (2 banderillas) y FUSILERO (2 banderillas); y para el último tercio SARMATA (dos cortas y un rejón de muerte).

Segundo toro de la Ganadería de Murube, número 22, 530 Kg: De salida VILLA (2 rejones de castigo); en banderillas CHENEL (4 banderillas); y para el último tercio SARMATA (2 rosas, un par de cortas a dos manos y un rejón de muerte).

OTROS CABALLOS DESPLAZADOS

RONDEÑO, LABRIT y NAPOLEON

 
 
 

Tenía Pablo una espinita clavada desde el año pasado, en que por vez primera desde que se instaurara la corrida de rejones en San Fermín, no pudo abrir la Puerta del Encierro. Esto sirvió de acicate, si es que Pablo necesita algún acicate para salir a por todas, y salió arrollador desde el primer instante.

Ni siquiera la mansedumbre que mostró en los primeros lances su primer toro le desanimó. Montado en CURRO fue una y otra vez a cruzarse en el camino del Murube, que sólo en esos  momentos veía las tablas, amagando con saltar. Tanto fue el cántaro a la fuente y tras un rejón con poca brillantez por la negativa del toro a embestir al caballo, que al final se rompió. El buen hacer de CURRO y Pablo con la bandera consiguieron que el toro se interesara por ellos y arrancaron las embestidas justas para que el caballo pegara hasta cuatro muletazos con su cuerpo, jaleados con olés desde los tendidos. El toro había cambiado su forma de ser y ahora embestía tras SILVETI, eso sí, sin continuidad, pero el castaño aprovecho esas justas embestidas para mostrar su toreo poderoso y sus banderillas de poder a poder. Al buen caballo castaño lo reemplazó el veterano FUSILERO que consiguió poner a los repletos tendidos en pie a base de banderillas citando en corto y sobre todo de piruetas en los mismos pitones de un toro al que se le estaba acabando el gas. Gas que terminó de finiquitar SARMATA con dos banderillas cortas y un rejonazo en lo alto de efectos, casi fulminantes y que hicieron que la puerta del encierro se nuevo volviera a ver a Pablo salir bajo su arco.

Pero si algo caracteriza al torero de Estella es su inconformismo, su querer superarse siempre y por eso en el quinto salió lo que vulgarmente se dice a “revientacalderas”. Nada le importó que el quinto saliera tan abanto o más que su hermano que hizo segundo. Solamente pensaba en las tablas y no prestaba ningún interés por VILLA. La película se repetía como el otro toro y el final también como en ese, tuvo final feliz. Por lo general somos injustos con los caballos de salida, porque siempre los méritos y las buenas palabras se las dedicamos a los caballos de banderillas y tenemos que decir que CURRO y VILLA son dos pedazos de toreros. Hay que enfrentarse a un toro que de momento no quiere saber nada del caballo. Hay que someterlo, muchas veces enseñarle a embestir y aguantar sus violentos arreones. Una mezcla de valor y de calidad que hoy puso de manifiesto VILLA, un caballo que atraviesa un momento dulce y que hoy mientras el toro no lo permitía, estuvo lidiador, luego cuando el toro ayudó, se adornó y toreó con gusto. Gusto y del bueno es lo que puso en la arena CHENEL. Tremenda exhibición y borrachera de toreo la de Pablo sobre el castaño, aprovechando la movilidad del toro al hilo de las tablas, colocando tres soberbias banderillas, siempre de pitón a pitón y con el único pero del toque sin consecuencias en la última banderilla, donde el toro ya no ayudaba en absoluto y el caballo tuvo que meter los pechos hasta las mismas astas. El toro no perdonó y golpeó a CHENEL en un costado. No importó porque el tercio había sido memorable. También comenzó con susto la labor de SARMATA, que resbaló cuando preparaba la suerte y quedó a merced del toro. De nuevo, sólo el susto. Esto calentó todavía más unos tendidos que eran una olla a presión que explotó con las dos rosas y con el par de cortas a dos manos, atacando de dentro a fuera, con el caballo de frente. Había que  matar a la primera y Pablo lo hizo, rejonazo que quizás lo tachen de algo trasero, pero mortal de necesidad y en todo lo alto. El toro dobla sin puntilla y los tendidos que piden los máximos trofeos para su paisano. La presidencia se resiste, pero la petición es atronadora y el usía tiene que asentir. Nueva tarde histórica del rejoneador navarro que en Pamplona volvió a demostrar que el día 6 de julio la puerta del encierro es la puerta de Pablo Hermoso de Mendoza.