Desde que asomó el primer toro de la corrida por la puerta de chiqueros, ya nos señaló que iba a ser un toro de buen juego y de embestida constante. Asomó por los chiqueros, vio a EXCALIBUR, y se fue hacia él. Pablo lo espero, lo templó y lo llevó pegado a la cola del negro caballo. Se enroscaba en mínimos terrenos, a pesar de lo pesado del suelo por la lluvia caída durante la noche. Comenzaba una gran faena, que EXCALIBUR atemperaba en un buen tercio inicial y que posteriormente FUSILERO y CAMPOGRANDE conformaban y aprovechaban la bravura de un gran toro, siempre embistiendo y nunca manseando, salvo algún amago de salida. FUSILERO galleó con el de Capea, con pequeños toques hacia un lado y hacia otro. Lo llevaba pegado a la grupa a donde su jinete lo quería, lo colocaba y ejecutaba la suerte. Todo muy despacio, casi a cámara lenta e intercalando vibración por medio de las piruetas. CAMPOGRANDE también disfrutó de la buena embestida del toro y remató su mejor actuación en esta temporada. Y es que hoy sí tenía materia prima delante. GARBANZO terminó la gran faena con la colocación de dos banderillas cortas en los medios. La ansiada Puerta de los Cónsules de Nimes estaba abierta en más de la mitad de su ángulo….pero de nuevo el rejón de muerte jugó una mala pasada al navarro, que se tiró a matar arriba, en todo lo alto y cuando esto sucede en rejones, tienes muchas posibilidades que te suceda lo que sucedió; que descordes al toro. Hubo leve petición de oreja, pero lo cierto es que no fue mayoría, a pesar del gran trabajo realizado ante este buen toro de “el Capea”.
Como hemos dicho, la lluvia caída había dejado el piso del coso nimeño excesivamente blando y los caballos movían mucho la arena. Por eso Pablo ofreció al maestro Manzanares la posibilidad de actuar en sexto lugar y así no complicar las evoluciones de los toreros. Así se hizo, y por lo tanto Pablo cerró la mañana y lo hizo de forma brillante. Ante otro gran toro de Capea, Pablo volvió a bordar otra gran faena y a poner boca abajo el tendido francés. Ya de salida comenzó la comunión entre toro, torero y público con los ajustados recortes de CURRO. Luego vino la apoteósis montando a CHENEL. Toro y caballo eran una sola figura y los remates se sucedían hacía un lado y hacia el otro. Remates a modo de trincherazo. Y una tercera banderilla apoteosica, citando en corto, caballo y toro parados, dejando que el toro ataque y saliendo de la suerte en el último momento, limpio y torero. Eso era toreo, eso no era recursos a la galería, eso eran los mejores momentos de una matinal, redonda para el navarro, con el único lunar del rejón de muerte del primer toro. También en este toro, bueno como el anterior, se entonó más GARBANZO en banderillas cortas y ese entonamiento lo aprovechó Pablo para enterrar el rejón de muerte hasta el mango. El toro rodó sin puntilla y Pablo volvió a abandonar el coliseo de Nimes en hombros de los costaleros. |