Tarde de calor insoportable en Bilbao donde se rondaban al sol los cuarenta grados. Naturalmente los tendidos de sol presentaban un aspecto casi vacío, mientras que el público asistente se refugiaba en los tendidos de sombra, algo más fresquitos, si se puede decir así.

Ese calor en los tendidos debió de ser lo que provocó que el público no solicitara trofeo alguno para Pablo en el toro que abrió plaza, al que efectuó un buen trasteo, limpio, cuidando a un toro de buena calidad pero de muy escasas fuerzas, al que tenía que medir mucho y llevar muy cosido para que no cayera en el irregular suelo bilbaíno. Y no es que el suelo oscuro de la capital vizcaína sea irregular, no. Es que el “artista” o los “artistas” encargados de regar la arena, habían organizado un auténtico puzzle. Aquí charcos con barro, allí seco y duro como el pedernal. Esto provocó el único susto de la tarde cuando CURRO perdió los posteriores y quedó a merced del Murube que lo golpeó por detrás, pero sin consecuencias. Estuvo bien CURRO en todo el tercio ante un toro, que fiel a su encaste, salió despistado y sin querer saber nada del caballo, hasta que éste con su jinete, consiguieron que el toro se interesara por ellos y así poder templarlo para el tercio de banderillas. Aquí, LABRIT comenzó con su habitual calma y sosiego y con dos quiebros en los mismos hocicos del astado. Luego SILVETI llevaría al toro prendido en su poderoso cuerpo antes de colocar dos banderillas al sesgo, sin ventajas y llegando muy encima ante un toro que ya para entonces quería refugiarse en tablas. Rápida la rueda de banderillas cortas con NATIVO y por fin, un buen rejón de muerte que acabó con el toro doblando. No hubo petición, pero sí una fuerte ovación al rejoneador navarro.

En su segundo toro Pablo cometió un error en el tercio de salida que luego le pasaría factura en el resto de la lidia. Este error fue colocar un solo rejón de castigo. El toro de salida parecía una cosa, pero a medida que la lidia avanzaba, se iba convirtiendo en otra. Reservón, pegado a tablas, midiendo los movimientos de los caballos y en el último momento pegando unos fortísimos y violentos arreones. Eso ocurrió en la primera banderilla en la que a punto estuvo de sorprender a CHENEL que si salió de la suerte victorioso fue por esa agilidad felina que posee. Parecía increíble que el toro no hubiese arrollado al caballo en su violento arreón. Muy bien en los galopes de costado CHENEL con un toro que aquí si transmitía, aunque luego también de esto de desengañó. No resultó fácil el resto de la lidia ni para CHENEL, ni luego para CAMPOGRANDE,que bastante tenía con librarse de lo que tenía enfrente. En la primera banderilla corta NATIVO recibió las caricias del murube, aunque sin consecuencia, pasando limpio en la segunda y tras un pinchazo previo, Pablo colocó el rejón de muerte definitivo.

De nuevo fuerte ovación para Pablo, que regresará al coso de Vista Alegre de Bilbao en la próxima Aste Nagusia, abriendo la misma en un cartel de rejones y que será su tercera comparecencia en esta temporada en este coso.