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29/05/2004 NIMES
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El 23 de febrero de 1996 se celebró en el Coliseo romano de Nimes, un magno festival en homenaje y reconocimiento al malogrado rejoneador Ginés Cartagena, fallecido unos meses antes en un desgraciado accidente de carretera. Con la actuación de doce rejoneadores de tres nacionalidades distintas, actuando en seis colleras (Antonio-Ignacio Vargas y Javier Mayoral; Javier Buendía y Joao Moura; Antonio Correas y Juan José Rodríguez; Gerald Pellen y Michel Cayuela; Joao Antonio Ventura y Andy Cartagena; Fermín Bohórquez y Pablo Hermoso de Mendoza; y Luis Domecq y Antonio Domecq, lidiando toros respectivamente de Pablo Mayoral, José Benítez Cubero; Sánchez Arjona; José Luis Pereda, Barcial y los dos últimos de Fermín Bohórquez). El festival resultó un éxito de organización, de público y de toreo a caballo, destacando especialmente el debut en esta tierra camarguesa del rejoneador navarro que a lomos de BUENAVENTURA y CAGANCHO, dibujó los mejores momentos de un festejo, en el que obtuvo junto a Bohórquez, las dos orejas y el rabo de su oponente. Cerró su periplo nimeño en el año 2003, el 20 de septiembre, con una nueva salida a hombros (fotografía izquierda), aunque en esta ocasión por la Puerta de cuadrillas, al obtener una oreja de cada uno de sus enemigos de la ganadería de Manuel Vinhas. Ese día el cartel parecía más apropiado de un festejo a la portuguesa, que una corrida en Francia, porque tanto los toros, como los compañeros de Pablo en el cartel, Joao Moura y Rui Fernández, eran de esta nacionalidad. Además de los seis caballos utilizados por Pablo, LABRIT, FUSILERO, GAYARRE y NATIVO son de origen lusitano y solamente COYOTE y CAMPOGRANDE, no nacieron en el país del fado |
FECHA | 29 de Mayo de 2004 |
LUGAR | Coliseo romano de Nimes, Francia |
ENTRADA | Lleno |
RESEÑA | Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y oreja) |
TOROS | (1,4)(2,3,5,6) |
CABALLOS UTILIZADOS |
Primer toro de la Ganadería de Espartales, número 20, 460 Kg. De salida SULTAN (2 rejones de castigo); en banderillas CAMPOGRANDE (3 banderillas); y para el último tercio FOSFORO (3 cortas y un rejón de muerte). Segundo toro de la Ganadería de Espartales, número 22, 506 Kg. De salida CURRO (2 rejones de castigo); en banderillas CHENEL (4 banderillas); y para el último tercio FOSFORO (tres rosas, un par a dos manos y un rejón de muerte, tras pinchazo y un descabello pie a tierra). |
OTROS CABALLOS DESPLAZADOS | CHICUELO, GAYARRE, NATIVO, SAMURAI y DE PAULA |
Habría que remitirnos muy atrás en la carrera de Pablo Hermoso de Mendoza, para constatar otro triunfo tan poco dulce como el de esta matinal en el Coliseo de Nimes. Triunfo de dos orejas que le abría de par en par la puerta grande de cuadrillas, pero que el navarro no quiso atravesar sobre los costaleros y lo hizo a pie, eso sí, en olor de multitud y recibiendo el cariño del público francés. El motivo no fue otro que la muerte del segundo toro. Un toro que dio un sensacional juego para los caballos y que el navarro toreó como pocas veces se ven en los ruedos. Apareció el toro altivo, murubeño, el mayor de la corrida, y a apenas segundos estaba galopando tras la cola poderosa de CURRO que lo llevaba embebido en su piel. Solamente se separaban caballo y toro para venirse de largo y colocarle los rejones en lo alto, desde lejos, dejándose ver y toreando en la suerte. Incluso se regocijaban caballo y caballero en dos lances toreros, sombrero en mano, que arrancaron los olés en los tendidos. El tercio de banderillas volvió a ser una explosión de torería, una borrachera de temple, un gran toro y un gran torero. Un torero con dos cabezas privilegiadas: la de Pablo y la de CHENEL. El castaño, cada día más maduro, se cansó de llevar al toro a lo largo del anillo ovalado, siempre cosido a la cola, siempre consintiéndole los metros que el toro necesitaba. Cuando la otra cabeza, la de Pablo, lo consideraba colocado, se alejaban, se ponían de frente y a ejecutar la suerte de clavar. El Coliseo abrasado de calor, se abrasaba ahora de torería, se levantaban, aplaudían…..y transmitían al centauro su emoción. Tan a gusto estaban toldos que cuando Pablo había dado por concluido el tercio, el público solicitó una banderilla más y el navarro les complació. Torero CURRO, torero CHENEL, ahora FOSFORO no tenía otro remedio que mantener el nivel de los dos hijos de Gallo. Pablo agarró un ramillete de tres rosas, se fue hacia el toro con el caballo totalmente entregado, llegando siempre dando la cara para en el último momento retroceder lo justo para que Pablo colocara las tres rosas, una por una. Llegó el teléfono y Pablo se apoyó en la testuz del toro, dando un giro completo sobre el cornúpeta, sin levantarse. Los tendidos echaban humo y Pablo volvió a repetir la suerte, otra vez, un telefonazo interminable. Era un momento de entrega total: Pablo, caballo, toro y público querían más, no querían que aquello terminara y con el permiso presidencia, Pablo agarró un par de banderillas cortas que colocó a dos manos, poniendo la guinda a la que posiblemente ha sido su obra cumbre de este temporada. La guinda hasta ese momento estaba en la mano, pero había que colocarla en el pastel y al primer intento, el que marcaba el rabo, el rejón pegó en hueso. Fue al segundo intento cuando el rejón entró hasta la bola. Pablo descabalgó, el toro estaba sin puntilla…..o por lo menos eso parecía. El de Espartales se fue a tablas y allí parecía que se iba a echar, pero sólo parecía, porque se amorcilló y permaneció de pie durante un buen rato, siendo ovacionado primero por el público y luego por el propio Pablo al que incluso de le oyó decirle: “que pena que tengas que morir”, en referencia al buen juego que había dado. Al final un golpe de descabello pie a tierra fue necesario antes que el toro doblase y Pablo obtuviera un oreja, bagaje muy pobre para tan completa mañana. La otra oreja Pablo se la “arrancó” al primero de la mañana, un toro rajado, manso, siempre cortando la embestida y más pendiente de los tendidos, que de los caballos. Una de las cosas más positivas de esta lidia fue el comportamiento de SULTAN, otro de los novatos, que enceló muy bien al despistado toro con la cola, toreándolo en redondo y castigándolo de forma efectiva. En banderillas CAMPOGRANDE se encaró con el toro, con complicaciones porque cortaba la embestida, pero saliendo con torería y limpieza de todas las suertes, ante su rajado enemigo. Tres banderillas cortas, poniendo todo de su parte FOSFORO y Pablo, dieron paso a un par de banderilla largas a dos manos que Pablo regaló a los asistentes para tratar de levantar una lidia en la que la colaboración del toro era escasa. Certero y fulminante rejón de muerte y la primera oreja de la tarde para el de Estella. |
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