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24/10/2003
PUEBLA
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Puebla
de los Ángeles, bella capital del céntrico estado mexicano
del mismo nombre, es una ciudad que cuenta con vasta afición taurina,
la cual siempre se hace presente en el coso de El Relicario, provocando
grandes entradas, especialmente cuando se anuncia la actuación
del jinete navarro Pablo Hermoso de Mendoza. |
FECHA | 24 de octubre de 2003 |
LUGAR | Plaza de toros El Relicario "Joselito Huerta" de Puebla, México |
ENTRADA | No hay billetes |
RESEÑA | Pablo Hermoso de Mendoza (oreja y dos
orejas) Rafael Ortega (silencio y dos orejas) Uriel Moreno "El Zapata" (ovación, silencio y oreja en el sobrero que regaló) |
TOROS | (1,2,3,4,5,6) (5 bis,7) |
CABALLOS UTILIZADOS |
Primer toro de la Ganadería de Los Encinos, nombre Ciclón, número 219, 480 kg. De salida FUSILERO (2 rejones de castigo); en banderillas GAYARRE (dos banderillas) y CAMPO GRANDE (2 banderillas); y para el último tercio NATIVO (3 cortas y un rejón de muerte tras pinchazo). Segundo toro de la Ganadería de Los Encinos, nombre Aguacero, número 218, 485 kg. De salida CHACAL (2 rejones de castigo); en banderillas LABRIT (3 banderillas) y CHICUELO (3 banderillas); y para el último tercio CERVANTES (2 rosas, un par de banderillas a dos manos y un rejón de muerte). |
OTROS CABALLOS DESPLAZADOS | COYOTE |
Gran ambiente el que se vivía esta noche en el coso poblano del El Relicario, que mostraba un lleno hasta la bandera minutos antes de que comenzase el festejo. Las entradas se habían agotado desde hace tres días y en las graderías no cabía un alma más. Bajo tan imponente marco, dio inicio el festejo correspondiendo abrir plaza a Pablo Hermoso de Mendoza, que se enfrentó primeramente a un burel que manseó y que solo se sentía a gusto en la zona interior del tercio hacía las tablas. Hermoso de Mendoza intentó llevarlo hacia los medios para aprovechar mejor la dimensión del ruedo, pero el astado regresaba de inmediato a la querencia, por lo que el navarro se decidió a lidiarlo en ese terreno. Los rejones de castigo con FUSILERO fueron ya un portento de temple, llegándole mucho al toro, enseñándole el camino por el que debía embestir y dándose incluso el lujo de realizar con él, piruetas que encendieron el ánimo de la afición. Se intuía que la faena iría a más cuando Pablo salió montando a GAYARRE; con el castaño en el ruedo, el estelles aprovechó la querencia del burel para engancharle y llevarlo de costado, muy toreado, alrededor del anillo, colocándole dos banderillas de buena manufactura y dejándolo listo para que hiciera su aparición un inspirado CAMPO GRANDE, que esta noche simple y llanamente bordó el toreo en dos ejecuciones perfectas, sin mácula, galopando de costado con la majestuosidad de su trote, dejándose llegar enormidades al toro, citando siempre con el pecho y vaciando su embestida por la grupa con una elegancia de época; noche de clamor para el tordo con el hierro de Vidrié que dejó su lugar a otro tordo, NATIVO, que colaboró en las cortas y en el rejón de muerte que su jinete colocó tras pinchar en el primer intento, factor que resultó determinante para que se le concediese solo una oreja. Con su segundo, Pablo hizo reaparecer al bayo CHACAL, que demostró estar en muy buena forma y paró con solvencia al de Los Encinos, acortando las distancias con suavidad y permitiendo al centauro español colocar dos hierros de castigo. El toro tenía movilidad aunque acusó también querencia por dirigirse hacia tablas. LABRIT dio inicio al tercio de banderillas y lo hizo al máximo nivel posible en tres palitroques de impecable ejecución, siempre en el terreno corto, concediendo toda la ventaja al toro, destacando especialmente la tercer banderilla que provocó en los tendidos una expresión de aclamación ante lo arriesgado y preciso del quiebro. Tras del luso-árabe llegó al ruedo CHICUELO, que bajo la rienda de su jinete pudo aprovechar las embestidas del toro y realizar sus consabidas piruetas después de colaborar en tres banderillas más. Vendría para el final CERVANTES, con el que Hermoso colocó dos rosas, un par a dos manos que fue muy aclamado y, ahora sí, un certero y fulminante rejonazo que tumbó al de los Encinos y de paso le deparó dos apéndices más en la espuerta, con lo que se convirtió en el triunfador del festejo, hilvanando su sexta Puerta Grande consecutiva en la arena poblana. |
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