Primer toro de la Ganadería de Golondrinas, nombre Memo, número 47, 460 kg. De salida FUSILERO (2 rejones de castigo); en banderillas LABRIT (4 banderillas); y para el último tercio NATIVO (3 cortas y un rejón de muerte).

Segundo toro de la Ganadería de Golondrinas, nombre Chapa, número 73, 480 kg. De salida CHACAL (2 rejones de castigo); en banderillas CHICUELO (4 banderillas); y para el ultimo tercio NATIVO (2 cortas, 2 pares de banderillas a dos manos y un rejón de muerte).

Una tarde especial, para el anecdotario de todos los asistentes, fue la que se vivió este día en la fronteriza ciudad tamaulipeca de Matamoros; y enfatizamos lo de especial no solo por el lleno hasta la bandera que presentó el coso portátil donde se llevo a cabo el festejo, ni por el ambiente extraordinariamente festivo de la concurrencia, ni por el balance artístico que deparó una nueva Puerta Grande a Pablo Hermoso de Mendoza; la cuarta en igual número de festejos; sino por lo acontecido a la mitad de la lidia del primero de la tarde, a cargo del caballista mexicano Gerardo Trueba, ya que ante el asombro generalizado, el toro logró salir del ruedo y escapar hacia la calle, armando un alboroto de época. Fue necesario que tanto Pablo como Gerardo, montados a caballo y acompañados de sus respectivas cuadrillas y de los Forcados presentes en la plaza; salieran en su persecución, alcanzándolo en una avenida cercana al terreno donde se instaló el coso, debiendo emplearse a fondo entre todos para poder regresar al escurridizo astado a la arena del ruedo. Afortunadamente este incidente no causó, aparte del susto, desgracias que lamentar, si bien en un principio se temió por los caballos que se encontraban justo a la salida de la plaza, pero que afortunadamente no llamaron la atención del despistado burel.

Dejando de lado la anécdota y pasando al aspecto netamente taurino, el caballista estellés mantiene un paso impresionante y este día volvió a realizar dos faenas muy completas que le depararon un total de cuatro orejas y la entrega absoluta del público asistente.

A su primer toro Hermoso de Mendoza lo recibió montando a FUSILERO, dejándole como recuerdo dos rejones de castigo de impecable ejecución, atemperando las fuertes embestidas del burel y preparándolo para que LABRIT se llevará la tarde con una actuación que rayó en la perfección. El tordo está mostrando una facilidad para ir a la cara del toro y una claridad para encontrarlo en cualquier terreno que es difícil de creer; ya sea en la distancia corta o cediendo espacio, siempre de frente y toreando, toreando verdaderamente en los embroques, jinete y caballo han dado un recital de banderillas, cuatro de ellas, que han colmado de emoción las graderías de la plaza. Todavía NATIVO vendría para contribuir con la tarea en las cortas y en el rejón de muerte, definitivo, que corroboró una labor de dos orejas, las primeras de la tarde.

Con el que cerró plaza, Hermoso de Mendoza cuajó otra faena de alto nivel, cimentada esta vez en la solvencia de CHACAL para acortar terrenos de salida y permitir a su jinete quebrantar en dos ocasiones al burel. CHICUELO tomó la estafeta protagónica en banderillas y no se quedó atrás, vaciando todo su sentir torero en cuatro reuniones que tuvieron transmisión por los ajustado que resultaron, aguantando una eternidad y templando siempre la embestida de su oponente, rematándolos como solo este tordo lo sabe hacer en su arrogante girar cambiando el viaje del toro. NATIVO aparecería de nuevo y con él llegaron dos cortas, dos pares de banderillas a dos manos, el primero de ellos muy emotivo, y otro rejonazo de efectos que dejó en las manos del navarro dos orejas más para cerrar un balance por demás satisfactorio.