FECHA 26 de julio de 2003
LUGAR Plaza de toros de Tudela, Navarra, España
ENTRADA Tres cuartos de plaza
TOROS
RESEÑA Pablo Hermoso de Mendoza (silencio y oreja)
Fernando Robleño (silencio tras aviso y silencio tras aviso)
César Jiménez (oreja y oreja)
CABALLOS UTILIZADOS

Primer toro de la Ganadería de Luis Terrón, número 25. De salida MONTERREY (1 rejón de castigo); en banderillas GAYARRE (2 banderillas) y CHICUELO (3 banderillas); para el último tercio CERVANTES (dos cortas y un rejón de muerte, tras dos pinchazo y un descabello).

Segundo toro de la Ganadería de Luis Terrón, número 8. De salida MISTRAL (2 rejones de castigo); en banderillas LABRIT (2 banderillas) y CAMPOGRANDE (2 banderillas); y para el último tercio CERVANTES (dos rosas y un rejón de muerte).

OTROS CABALLOS DESPLAZADOS

 

   
 

Calor sofocante en Tudela, donde se llegaron a los 38 grados durante el festejo. Ese calor debió hacer mella en toros y toreros, porque ninguno pudo triunfar rotundamente, si bien César Jiménez consiguió salir a hombros.

Hermoso de Mendoza abrió plaza con MONTERREY que destacó toreando al toro con la cola y con el que solo colocó un rejón de castigo. Después hizo su aparición en el ruedo GAYARRE, quien galopó de costado y colocó banderillas cambiando de pitón, pero con poca emotividad por la escasa colaboración del astado. También echó el resto CHICUELO en sus piruetas, poniendo la emoción que faltaba al de Terrón. El último tercio ya era un querer y no poder, con el toro enculado en tablas, y que apenas miraba al caballo. Así al relance se colocaron las cortas y los rejones de muerte, aprovechando el poco espacio que quedaba entre toro y tablas.

El cuarto de la tarde tuvo algo más de movilidad, pero tampoco fue para echar cohetes. MISTRAL lo galopó bien de salida lo templó con dos rejones de castigo, mejor el segundo. El toreo templado y despacioso lo puso LABRIT con dos banderillas al quiebro y llevándolo templado lo que el toro permitía. Torero y arriesgado estuvo CAMPOGRANDE con su toreo frontal y de "caras". En este toro, más aquerenciado en los medios, pudo brillar CERVANTES en dos rosas, y dejar un rejón de muerte, caído, pero suficiente.